viernes, 29 de octubre de 2010

La Patria es mi camiseta

La roja ha logrado poner en valor no solo su juego, sino el sentimiento de toda una nación. El fútbol tiene el poder de identificar a un país, un símbolo de este.
Una de las repercusiones más fuertes después del mundial, aparte de ser España Campeón del Mundo, sucede en el país vecino, en Francia. El seleccionador francés Raymond Domenech tuvo que comparecer ante el Congreso de los diputados de la República Francesa para dar cuentas por su gestión en el campeonato del mundo. La actuación de la selección “les bleus” cobró una importancia gubernamental, de alta esferas, en uno de los países democráticos con más tradición.



Un país que hace unos años era campeón del Mundo y de Europa, un ejemplo en el fútbol europeo, ahora vive en una tragedia futbolística. La diversidad étnica de antaño con el gran Zidane de ejemplo, una muestra de riqueza multiculturalidad, el gran legado de la Revolución francesa, de la democracia del país vecino. Después del mundial, ante tal fracaso, el entusiasmo por las diferentes culturas se transforma en una casi desbordada pasión por la patria cercana a la xenofobia (ejemplos en su propio presidente).



Retomando de nuevo nuestra selección, el mayor ejemplo de integración que podemos comprobar. Jugadores vascos, catalanes, madrileños, andaluces, riojanos y mas, todos unidos por una camiseta, la roja, por una patria futbolística, uniendo el país como nada ha conseguido hacerlo antes. Las calles de España en el 11 de Julio se llenaron de personas, en Bilbao o en Granada, en toda España, no se recuerda nada igual.
El fútbol tiene mucha fuerza, capaz por momentos de hacer olvidar divisiones y nacionalismos, para afrontar una competición y poder conquistarla. Lo que sucede con el balón se convierte en cuestión de estado, de los españoles, de vascos a catalanes, gallegos o valencianos, de todos. Los éxitos provocan la unión, los fracasos estrepitosos aumentando por mal ambiente, todo lo contrario. El compromiso de España ante las hostilidades de Francia, ¿los valores eran estables?, ¿ no valía solo con la camiseta?.
Para Piqué, Xavi, Puyol, Llorente…etc ; la patria es su camiseta, el fútbol su medio.



El fútbol contribuye como ningún deporte a reunir un sentimiento de comunidad que transcurre en todos los estamentos de la sociedad. Este deporte es el medio para que los ciudadanos se sientan identificados con un país a través de un equipo de fútbol que hace realidad los sueños de todo un país, lo que ellos querían haber hecho alguna vez en su vida y no pudo ser.
El fútbol reune a países, se enfrentan, se retan, pero sin guerras de por medio, es el gran sustituto en la actualidad de los enfrentamientos históricos a gran escala. Y mira que ha provocado guerras y todavía se recuerdan en algunos países enfrentamientos que luego se trasladaron al terreno de juego, todavía es así. Honduras y el Salvador empezaron una guerra después de una eliminatoria para los mundiales del 70, Israel lucha en sus interior y en el fútbol juega en las competiciones europeas, fuera de su territorio en ocasiones. Alemania y Holanda están enfrentados desde la guerra de 1945, y esto se maximiza en cada partido que juegan los dos combinados. No es casualidad que la sede de Fifa este en Suiza, en la neutralidad.
Los conflictos trascienden a todos los continentes. En Asia, Corea del Sur se revitalizó ante su vecino del Norte, gracias a su mundial, revivió un patriotismo de banderas en sus calles que dolía más que una guerra a sus comunistas paisanos. El entrenador holandés Guus Hiddink se convirtió en héroe nacional, amado por todo el país, querían implantar el estilo Hiddink en las grandes firmas coreanas.
Y esto ya viene de largo, la Ley Bosman provocó un éxodo de extranjeros a otras ligas, los futbolistas se mueven por toda la Unión Europea, no hay ídolos locales, muchos jugadores extranjeros, presidentes locos por fichar de todo con el nombre más raro que se conozca, sin pensar en su camiseta, en los que la pueden sentir más cerca. Ejemplos como el Arsenal de Wenger, los seleccionadores extranjeros de Inglaterra o el mismo Messi con su patria Argentina, afinidad por una camiseta, compromiso, ¿hay dudas?.
España en antaño estaba aquejado por esa anorexia nacional, por una falta de sentimiento patriótico en sus jugadores, por su camiseta, pero ha nacido la Roja, otro estilo y otra escuela, con otros valores. Desde Barcelona, si la ciudad condal, hasta Camas, un proyecto que se maximiza en este último mundial, la mayor repercusión de todas, el Campeonato del Mundo. La Roja ha salido a la calle en España, con banderas más que en la Eurocopa, con ejemplos de compañerismo y convivencia entre comunidades representada en sus futbolistas.
El fútbol, un aglutinador de sentimientos en los humanos.
“Religión aparte, el fútbol estructura y configura la vida de más millones de personas que ninguna otra realidad social”. Manuel Mandianes.

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